Buscando su cínico acomodo, el Tiempo se apropia de toda memoria y envilece la cancina mirada que antes oteaba el horizonte. El ayer se ha...
De pronto las cosas no son lo que parecen; los espejos abotonan su bata de plata para no reflejar aquello en que nos hemos convertido. Las luces...
Yace tumbado el rey, aplastada su cabeza contra la blanda urdiembre persa. Le somete la cruenta pata de la noche oscura, fue por causa del amor y...
Este como cualquier otro día es imperfecto y sin encanto pues, no hallo el blando marco de tus labios ni las pupilas huidizas de tus ojos burlando...
Supongo y sin pretensiones; que cuando ya no esté. extrañarás mis dos o tres tímidas sonrisas dibujándose entre el vaho de un café a media tarde...
En lo que a mi respecta: opino que toda mesa debiera ser un mar en calma, limpio, vigoroso, ajeno a toda bruma y vendaval, donde tazas y platos...
Si te asomas. Allí está, errante en un paisaje sin fronteras, trashumante, madrugadora y bohemia, con su silueta ondular mellando aceros en el...
Te quiero más ayer que hoy, porque ayer giraste mi rostro hacia el tuyo y de golpe se borraron en tu sol todos mis abismos. porque ayer de oír tu...
Suelo compararte con aquellas cosas cotidianas que se pueden ver y oír en los extremos del día. Allí, cada brillo, cada artilugio, cuentan;...
Amores de juventud... Así fue, no previsto. En noche de verano, yo perplejo, la hegemónica carne femenina de la noche se me vino encima, hundió en...
Estuvimos ahí, parados justo en esa gota de tiempo que demora caer hasta hacerse angustia; por todo aquello que nos viene dado, por ser lo que...
Veo los flecos tornasoles de tus iris desplegados en la mitad de un día desolado o apretados los mismos en el destello de los astros, en noche...
Entre las apretadas escalinatas de los templos se quedaron las voces del ayer y hoy, queriendo ser el eco celestial que pregonaron los...
El amanecer es una muchacha desnuda y traslúcida bajando cautelosa desde solitarias cumbres hasta los techos de la ciudad, tintinean en la...
La noche dobló su espalda y se conformó con el silencio no vino la humedad del beso a mitigar sus delirios y sucumbió al abismo, corren las...
Los caballos fueron antes que el hombre, fueron luz y tronar de tendones, huesos de piedra cósmica, carne de llamas apretadas, musculatura...
Me preparo Para ese tiempo Que no empieza ni termina. Aquel que se acomoda despreocupado Como un gato al calor De un fogón. Me preparo Para...
Me sentí tan digno Cuando vi mi rostro Reflejado en tus pupilas Tan fresco y natural En el cauce de tu risa Poderoso en tu cálida Y desafiante...
Hoy mi espalda se cubrió de un frío glacial, ese que talla catedrales blancas en los confines australes del mundo. sopló en mi pecho su gélido...
Eco visceral del universo inscrita en el vértice de un hueso, obsceno signo de la carne, sujetando centurias, sacrílega, incestuosa proclamas tu...
Ha muerto mi padre, tan muerto como sus inventos murió de muerte blanca con tinta negra y roja en sus...
Un rostro de mármol y tulipanes tiene Estambul, sedoso y frío, apretado de cenizas y reliquias, de belleza culposa y esquiva, de sus puertas cae...
Aquí... En este vecindario de abedules y adoquines viejos, transitan lentos mis recuerdos como ayer, tus pasos. Abrumado hoy el horizonte que...
Recostado en diván otoñal el ocaso maúlla encorvando su lomo amarillo de hojarascas y brumas, pasa rauda, una brisa odalisca colgando en las nubes...
Así fue, no previsto... En noche de verano, yo perplejo, la hegemónica carne femenina de la noche se me vino encima, hundió en cada vertebra mía...
Apenas vió el ocaso que el día le soltó su mano blanca sacó un pañuelo tibio de arreboles y enjugó sus ojos lilas, vino un sollozo a estremecer...
Apenas vio el ocaso que el día le soltó su mano blanca sacó un pañuelo tibio de arreboles y enjugó sus ojos lilas, vino un sollozo a estremecer la...
Por una de las tantas esquinas de mi cielo, una bandada de pájaros multicolores emigran con dirección a un largo sueño, algunas plumas...
[IMG] Me seducen las cromáticas fumarolas del ocaso desvistiendo sinuosamente el tallo de un lirio al caer la tarde. Trémulo y esbelto a...
La noche quería ser noche y no podía, apenas balbuceaba sombras, hilaba letargos, afuera, una tibia brisa preocupada acurrucaba la hojarasca a los...
Ella, escribe poemas a los beduinos que rumian soles, a las noctámbulas gacelas, que sigilosas trepan horizontes como lunas transitando. Ella, es...