De un modo imprevisto se asomó a mi ventana, golpeó cuidadosamente los cristales de mi alma, y despacito, lento, lo dejé pasar. Estuvo sentado...
A la ausencia del verbo amoroso, cálido y protector, niego el espacio de mi espirito sediento de semejanza mutua. "De nada sirve regar las...