Los remeros

Estas cadenas no son
solamente mis cadenas,
este hierro oxidado atrapa
a ciento sesenta remeros;
es aquel metal terrible
que con óxido crudo erosiona
la superficie del amor.

Y el remo y el mar nos balancea,
y el sonido del tambor nos relaja...
Pero como pesan las cadenas,
cuando la luna asciende
y bebemos ron,
y soñamos con nuestra tierra.


Pero estas olas baten tristes,
y todas las cuerdas crujen
cuando el almirante ordena
girar a babor...

Y cuando la galera se hunde
a los remeros con grilletes
nos espera lo peor.

¡Y ya no es un barco con remeros!
Y ya no queda ningún marinero
para los barriles de ron.

 

Aun existen los remeros sujetados con los grilletes de la control mental que ejercen al decirte como debes vestir que comer como vivir a donde ir de paseo etc. Y los grilletes los forman los billetes hechos eslabones alrededor de nuestras expectativas. Un exceente poema.

 

Muchas gracias por tu aportación, Rigel. Este poema lo escribí anoche, víspera de huelga general en España, al sentir todo lo que ponía en juego por no acudir a trabajar... "Hacer lo que más me conviene", muchas veces, es nuestra mayor cadena. Me dio por echar un trago de ron, y apostar por mi dignidad. Un saludo.