100.800 veces entre una luna y la siguiente

lomafresquita · 25 de Diciembre de 2013

Ayyy Pablo, todos los instantes de tu pensamiento están ocupados por el amor, hasta en los sueños que ilumina la luna,tu amor jamás se queda a oscuras, palpita en tu corazón en incesante latido... Ayyy qué versos más apasionados, palpan y agitan las fibras más sensitivas... Me ha encantado deleitarme en tu sublime versar, me ha gustado de verdad. Besazos mi querido y admirado poeta, estrellas como luceros y repu si puedo.

pablo7972 dijo: ↑

[video=youtube_share;4X4lbgvNofk]http://youtu.be/4X4lbgvNofk[/video]

Lates
y yo
te pienso

Setenta veces por minuto, lates.

4.200 veces por hora
sube y baja la prensa que,
como émbolo, escurre
una lágrima contra mi mejilla impresa
por el dorso de tu cara
esculpiéndose contra la mía,
como la bofetada amada
que anhelo recibir
tibia
dulce
y tersa
arrancando mi piel
con tu mano
de mi sonrisa
presa.

Y despierto en mi sueño
ganando la partida
y, olvidando la vigilia,
otra vez contigo me duermo,
mientras los dedos de tu pecho van palpando
la túrgida magia de mis selvas
donde, hasta la llegada de la consciencia,
yo te espero;

orando a tu icono mis preces
para volverme sobre tu piel meseta
y sentirme acariciar por el rubor de tu voz
como un viento fugitivo que a tu boca me uniera,
a tu dentadura nevada crispándose
por el tañido contra ella de mis dos níveas cordilleras;
o esperarte cerca de la orilla
como lo hace una estera
por donde, como hormigas,
hasta morir en la sonrisa de la playa
se multiplican las arenas,
abandonándose con nosotros por un surco baldío,
como la sílaba descabalgada de una pregunta hecha
y cuya respuesta
incontestada,

lesa,

aún espera;

yo te consiento
dibujarme en tu cara
y a la tuya
endiosarse
de la arruga en mi ceño,
del aspa solitaria en mi mapa
como una brújula sin la letra N al norte,
como un molino arqueándose sin viento,
como un paraje tristón en una postal
adonde amé llegar y,
conmovida del polvo que la vuelve escombro,
ahora se aquieta;

pisadas por el techo de mi habitación,
allá donde caminan mis ojos descalzos
para robarte cansina y hacerte sitio en mi regazo,
mientras de tu cuerpo me hago timbre con mi voz,
buril en tu lengua
y bajo la campana de tu tórax, badajo,
y golpear alcoholizado
los setenta latidos
dormidos

en tu corazón

sin descanso.

Mientras pienso

cien mil ochocientas veces
entre una luna
y la siguiente
que te amé desde el nacimiento.

Y que el viaje de la poesía

mientras escriba

no tiene retorno.

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