16.51.- Ahí donde se imprimen los ocasos

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Tildaba la melancolía contra viento
y marea, ahí hallé un cielo bruñido,
con su blanca timidez del bramido
beso, que se apagaba sin un aliento.

Me acostumbré a un pensamiento
de humo en el desdén sin sentido,
acariciando todo deseo desmedido,
en una tarde sobre el firmamento;

Ahí donde se imprimen los ocasos,
con desilusión se guarda el tesoro
más preciado de todos mis fracasos.

Pues la corona del cielo irradia oro
en seco, trafigurando sus parnasos
en un llanto deliberado muy sonoro.


Marián Gónzales

 

Hermoso y emotivo soneto Marian, es duro salir de ese mar de tristeza y melancolía cuando nos hemos habituado a habitarlo, solo el tiempo puede darnos las respuestas para volver a respirar sin que duela, un enorme placer leerte, besos preciosa.

 

Gracias mi bella Ale, eres muy acertada y ésta no es la excepción, gracias por venir, besos

 

Gracias Luz siempre es grato disfrutar de tus palabras, besos

 

Gracias de nuevo Luz por cada palabra, saludos