20.38.- Somos el virus.

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Apostados en las viejas paredes
de adoquín, en medio los dos colosos
envueltos de silencios tumultosos
que anidan en las calles tan agredes.

De que me sirve tanto si las redes
le roban belleza a estos temerosos
ojos, que no guardan sus primorosos
deseos de caminar como ustedes.

Han traído un canto muy sepulcral,
todos estos ríos se cristalizan
mientras marginado se encuentra el mal.

Somos el virus, nos inmovilizan
nuestras horas como algo muy normal
y los pocos actos se viralizan.


Marianne.
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MMMM, me tientas hermosa poeta a pensar en unas cuantas virus que conozco...ja ja ja pero ahhh esa es otra historia
Besitos de fresa sin limite,

 

Que gusto leer nuevamente tu poesía melancólica siempre tan exquisita.

 

No te preocupes mi querida Marianne, que nos sobran las fuerzas y las ganas para luchar, a nuestra manera, contra este mal. Todo adquiere tintes de gravedad, pero es un problema más y cada problema arrastra una solución, éste que nos encierra también la tiene y la descubriremos tarde o temprano, en ello estamos, así pues lo que más nos ayuda es conservar la calma y a seguir luchando con las armas de que dispongamos, la mejor de ellas es conservar el buen ánimo, la confianza y no desesperar jamás, ea....mil besazos, mi querida amiga, tus versos un primor de los primores, me encantaaaaannnnnn....muááááckssssss....