2am. Santander. Es verano. Ventanas cerradas...

¡Qué terrible!
qué animalito tan terrible y pequeño
es este hombre que se peina ladeando
todo esa sombra de ideas en los sueños lúdicos de los niños
en el meridiano arresto del sol
que aparece alegremente desnudo por las calles y las plazas
y temina arrestado, pisoteado y granputeado por callejera demencia
sin derecho a fianza.
Así son las cosas cuando toman un tamaño sin segar su sombra
y es demasiado tarde
demasiado robo como el aire del último dinosaurio
que murió de asfixia
y la historia
cae sobre sus manos como gotas de tinta
formando una sombra del tamaño de los planetas.
Y luego nos clava el aguijón
en medio del pan sangrando el verano
en medio del basural que hace estatua
que hace humo en medio de las migraciones
del charrán ártico,
en la gota de vino que embriaga al amor.
Y este hombre
puro y sincero con su soberbia
es un espantapajaro de dioses alados;
no tiene una señal
menos una cruz
simplemente se echa a dormir
con su carcajada bajo el brazo.

Y tú y yo
y 4 flores más
pensamos que
hay esperanza...

 

Herir al silencio y desgarrarse la profundidad... emotivos tus versos amigo...al menos así lo he sentido...
Te abrazo con todo mi cariño...

 

Espléndida muestra de poesía maravillosa de gran calidad.