3 entes errantes

Tres entes deambulantes
tras las pirámides saladas y
cristalinas, un ente llego para
quedarse, no se por cuanto tiempo.​

Remplazando el vacío por más
frío y luego por más
frío, el viento quema.
Se disuelve con el alcohol.​

Una ilusión calida bañaba
la arena caliente y los
juegos infantiles, lejos se
dormían, en una luna roja.​

Toda esa patria se detuvo
por una mirada, para hacerla
suya y luego sin dejar nada
se despedía, mientras los
entes errantes escondidos, ya
ni el agua, ni el alcohol los disolvía.​

Se quedaron dibujados con tiza
y al verlos quietos un alma
sufría.​

Esperando que el viento devolviera
ese aroma, que el frío por fin
dormía junto al regaso que dejo por
ver más alla de donde el
horizonte jemía. ​