4 AM eternas (el largo túnel de esperarte)

Atrapante figura,
vestido con flores y estrellas
Rodete en el pelo lacio.
Veo tus piernas oscilar en el trapecio.
Cuando la noche empieza,
cuando termina...

Estoy seguro que son.
Sé que son,
a un año luz las reconocería.
Por nada las cambiaría
solo que ya…
no las tengo…
Ni cerca,
ni lejos.
Solo las veo de cuando en cuando
en la pesadilla.
En la fiebre.

Van y van por la habitación.
Proyectan su sombra,
oscilan y oscilan en el trapecio
como un péndulo.

Son cada vez más definidas y estilizadas
Más sed
más miel
más almíbar

Son más brillantes a cada instante.
Más adoradas.
Más fuertes, si,
pero sin dejar de ser elegantes.

Son cada vez más deseables
más insoportablemente atrayentes…
Más lejanas e inolvidables


Flotan, transcurren,
están ahí,
oscilan y oscilan.

Son cada vez más marfil
Más suaves
más tuyas
menos mías

Son más altas a cada instante,
más y más lejanas.
Irremediablemente
más
y más
y más
queridas.

Mi cuerpo en el colchón se hunde.
El trapecio va y viene,
algo arqueado cargándote.

Los meses y las semanas pasan.
El mundo gira en un sentido que ya olvidé
y ellas siguen ahí
deslumbrantes,
mientras empieza a clarear afuera.

El destino
ha querido que tuviese este recuerdo
que me quita el sueño cada tanto.
Que me oprime el pecho.
Que me abraza con violencia.

Y quién soy yo para decir:

si está mal...

si está bien....

 

Quizá podemos inadvertidamente ser parte del tiempo, para estar presentes en todo momento, saludines