4 toneladas de pena

El Sol dictamina el fin de la función
y deja caer un telón grisáceo del cielo.
Cerca nuestros frondosos paisaje
con vallas difuminadas y fantasmales.
Atrás quedaron las pinceladas del imponente sol con colores vivos.
Nuestros ojos paralizados,
no movieron un dedo
y ya estaban sudando.
Enterraron nuestras difuntas miradas.
Nuestros miedos e inseguridades
aparecieron como fantasmas
dando un paso adelante.
El pánico se coló por las rendijas de nuestras mentes
para amordazar nuestros sueños,
retener a las voluntades de nuestros cuerpos
y acabar con nuestros corajes de ensueño.
Las riadas de sangre revueltas
en nuestras venas
se volvieron mansas y quietas.
Los nervios se volvieron de goma tierna y blanda.
El alma se tornó piedra congelada.
El túnel del terror se abrió en mi boca estupefacta.
Sin rozarnos, nos colocaron una máscara terrorífica y desconcertada.
No entendimos por qué,
pero las nubes maliciosas y negras
atracaron nuestras ilusiones,
que hasta entonces
creíamos eternas.
Se llevaron nuestras ilusas esperanzas,
de alegría sólo quedaron las migajas.
Nos quedamos con unas lluvias cargadas de tristeza
y cuatro toneladas de pena.​

 

Creo que mis penas pesan igual, por eso puede sentir y ender cada uno de tus versos!
Te dejo un gran abrazo y te deseo un gran día Viernes!
Saludos amigo.

 

Intensas y melancólicas palabras nos relatas amigo,
se siente como desbordas la inquietud de soportar
toneladas de pena... sigamos adelante---

se te quiere...

besos rosas a usted