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Siempre le tuve miedo a la muerte, ahora veo que vivo en ella.

He perdido todo y he dejado de sentir, tengo gente conmigo y sé que me apoyan pero ¿por qué se sienten tan distantes? No necesito que me digan todo el tiempo que me aman solo que no parece que realmente me abrazaran. Al menos sé que estoy vivo porque siento el dolor en mi.

Dios está conmigo, me habla y me salva, se presentó cara a cara y lo sentí, aún así estoy tan podrido por dentro que no hago nada. Jonas fue más obediente que yo pero ¿qué hay de mi pez? No puedo levantarme de la cama pero tal vez un empujón así haga que vuelva a sentir y eventualmente vivir.

La vida poco a poco me vuelve a sonreír pero alguna vez me hizo tanto daño que prefiero voltear la mirada, no por soberbia sino por timidez a volver hablarle, como una pareja con la que se ha cortado y no sé quiere volver a sufrir lo mismo o ahora una cortada que te termine de atravesar el corazón.