A cambio de...

No tienes esos rasgos deslumbrantes
de féminas que adornan las portadas
de revistas de páginas lustradas,
con texturas sedosas y flamantes.

Tampoco luces prendas elegantes,
ni aderezos de joyas engarzadas,
ni zapatos de pieles nacaradas
cuyos precios resultan insultantes.

Sin embargo posees la belleza
que procede del mágico venero
de tu ser, como fuente de pureza:

amor, bondad, con brillos de lucero
y una fe cardinal que por entero
conforman la expresión de tu realeza.

 

Muy hermoso poema, poeta Rosendo. Admirar a una mujer por sus valores es algo maravilloso y qué mejor si
posee un gran corazón. Un aplauso a tan bello poema. Saludos y cuídese mucho, amigo. Un abrazo enorme!!
Azalea.

 

No se necesita ser de alta alcurnia o pertenecer a la realeza para ser la reina de alguien en el corazón. Bellísimo poema, Rosendo, saludos Daniel

 

Muy bonito soneto que reivindica la belleza interior por encima de todo materialismo por bello que sea, felicidades Rosendo.- Mis saludos cordiales.
Miguel.

 

Muchas gracias, estimada Azalea, por tu amable comentario. Un saludo afectuoso.

 

Te agradezco, mi estimado Daniel, las palabras que dedicas a este soneto, en el que reivindica los valores morales antes que el glamour o el oropel. Un abrazo afectuoso.

 

Precioso, Rosendo. Gusto leerte.
Un fortísimo abrazo.

 

Estimado Miguel, mi intención fue preciosamente la de reivindicar, como bien apuntas, esos valores que le dan realce a las personas. Te saludo con afecto y mis mejores deseos.