A carta abierta

A mí, a mis sueños y a mi almohada
No nos despierten, sin la funda
De esa coral alegría.

Siendo este paño blanco
Unos brazos generosos
De las mil y una lagrima de risa.

Sombrero como de extranjero
Báculo de suerte para la alcurnia,
Y un cubano puro
Planchando la confianza de mis labios.

Eligiendo las cartas para el día
Para el cielo y para el juglar
-póker para ganar-
Bendito el que escribe con dinastía.

Los luceros de mis ojos
Cantando la melodía
Recordado al hijo de la Virgen María
Siento que lo merecía.

Somos sabor del fruto
Un diamante sonrosado
Una sonrisa mañanera
Tren de amor visitando la campiña.

Y las penínsulas y las desnudas islas
Harán del mar un rincón para el amor
Sedientas de pasión.

Amo el amarte, vida mía
Siendo tu esbeltez figura
Un juro de montes en la lejanía
El beso de mi madre en la mejilla.

Fulgurosa estrella aquietante
Sois mi amante oliendo a la rosa.

Entre las flores, los ríos y las nubes
Los pájaros poetastros
Harán una rondalla de poesía.
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Bello, hermoso, un poema muy bonito, muy lindo.