A cupido

No sé a quién se le ocurrió la idea de inventarte, tal vez a un desocupado o a alguien que no me imagino con qué propósito o si fue de carácter especial o económico, no lo sé y la verdad, ni me interesa perder el tiempo leyendo sobre ti; solo quiero pedirte el favor de que te metas tu maldita flecha por el culo.

 

Habrá que ver si son flechas de oro o de plomo*... en cuyo caso bien se las puede meter varias veces.

*
Cupido era ayudante de su madre Venus, dirigía la fuerza primordial del amor y la llevaba a los mortales. Era pícaro y carismático, pero a veces cruel con sus víctimas, ya que no tenía escrúpulos.
A la espalda llevaba dos clases de flechas: unas doradas con plumas de paloma que provocaban un amor instantáneo, y otras de plomo con plumas de búho que provocaban el desamor, el olvido, la indiferencia.

 

Creo que se le acabaron las flechas de ese tipo y también las plumas y le tocó improvisar con flechas de hierro y plumas de zopilote porque ¡ qué suerte! Gracias por la información, muy interesante. Gracias por acompañarme en este pequeño momento. Saludos.

 

¡Amiga! Cuánto gusto de tenerte por aquí. De todo eso hay en ese micro, amiga mía, gracias por acompañarme en este pequeño y personal aporte un poco risorio, un poco de protesta, un abrazo grande.

 

Creo que el Cupido este, aparte de tener mala puntería, es sordo...
Abrazo, amigo mío. No reniegues.

 

Leerte me recordó esto

 

Abrazo enorme. No existe el cupido.