A gusto, con la vida.

Me gusta estar en casa,
haciendo los deberes,
aunque no siempre triunfo,
en la pista de baile, ante las mujeres.


Cada cosa, a su debido tiempo.





Sé que me espera un mañana.
Sé que los ángeles nos protegen.
Y que la raza humana ha de dejar atrás,
pasión, belicosidad e indiferencia.


Pues nos apasionan nuestros Yoes.





Nos gusta mucho interpretar un papel.
Y al fin y al cabo, seguimos siendo títeres,
con cabeza. Muñecos con aliento de vida propio.
Guiñoles sobre el escenario.


Allá, un lobo estepario.


Aquí, un jinete sobre su pura-sangre.
A la izquierda, la camarera de pasillos,
que acaba de hacerme la cama.
Yo, en el hotel, sigo en pijama.





El zumo de naranja me sabe a pechos,


y canalillo.