A James Joice

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A James Joice​

¡Ay poeta! que no te había leído,
te llamaron obsceno, qué sabe nadie,
qué saben ellos, de amores prohibidos.​

Cuánta palabrería, cuánto sin sentido,
que me amaba decía, debió ser olvido.​

Nevados los montes, helados los ríos,
nublado horizonte, ¡qué frío!, qué frío.​

¡Ay poeta! acepta de mí éste ramito,
aplaque el aroma la injuria maligna,
hay poeta que no te había leído,
James de nombre en la firma,
en la firma Joice de apellido.


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Un saludo​