A Jorge Lemoine.

La mar de las veces no soy yo.
Soy yo y una suma interminable de cantos
que retumban en mi memoria.
La mar de las veces quiero y me dejo querer.
Otras veces me dejo querer y quiero
y así encuentro lo que en mi permanece
pero es de otros.

Si, así es y seguirá siendo siempre.
Que la voz no se alce diciendo que no,
negando la evidencia.
Tengo surcos labrados sobre la tierra
que conforma el sedimento de mi alma,
sobre las entrañas húmedas, allí donde
la costumbre se hace manía conyugal.
Donde nacen los surtidores que son soplo
de goterones dormidos o despiertos.
Aguas abajo teniendo el lustre del vidrio
y la prisa del agua por llegar al destino

Así es, yo me construyo sobre las voces
de otros que construyeron sus voces en otros
y así salpico mis letras y el instinto,
y en los días de la primavera de las letras
me quito el sombrero y me siento lleno.

 

Hermoso, una belleza enorme, muy lindo, muchas gracias.