A la madre de mi esposa

¿Sabes María?, nos faltará tu presencia
pero nunca tu recuerdo;
¿no escuchas cómo tus nietas
te nombran en cada momento?.

¡Que está en una estrella!, dicen.
¡Que vive ahora en el cielo!;
pero lo cierto es que vives
María, en su pensamiento.

Y cuando en algún silencio
mientras estamos comiendo
dice la más pequeña “la yaya esto o aquello”,

suelo mirar a tu hija, sonríe y llora por dentro.
¡Que nos falta tu presencia María!
Pero jamás tu recuerdo.

 

Maravilla excelente de inspirados versos brillantes.

 

Gracias por tus palabras; son siempre un aliciente.