A la muerte, a mi abuelo...

No sé si existe el plano infinito
de las sombras,
ni el sonido eléctrico del reloj
cuando marca todo ceros,
y no sabes si estallará
o nos devolverá el silencio.

Futuro de incógnito en los caminos torcidos
que llevan a la muerte.

¿Acaso lo dudas?

Llegamos descalzos al portal prohibido
del rascacielos que cruza el universo.
Pasamos la vida montado en su ascensor,
esperando al último piso.
Mientras, podemos jugar a las cartas,
contar cuentos o golpear las paredes.
Hagamos lo que hagamos, el último piso
nos estará esperando.

Nos podremos detener alguna vez,
en alguna planta donde hallar detalles,
y si andamos avispados, sonreiremos.

O podremos ascender y ascender,
nada más, nada más.

No sé.

La muerte ha llegado.
Ha derrumbado el pilar de mi casa.
El ascensor ha temblado...

Adiós, abuelo.


Alberto Fernández Abad
Ingeniero en Informática

http://madridbohemio.net78.net
http://www.magic3w.com

 

Hola amigo, un magnifico poema. En el se ven encerrados varios aspectos de la vida, muy bien detallados y con una clara invitacion a la refleccion.
Todos sabemos hacia donde va el ascensor, depende de nosotros hacer mas llevadero el viaje.
Te mando un fuerte abrazo, te felicito y te dejo las estrellitas bien merecidas.

 

Para reflexionar dejandonos imagenes impactantes, un abrazo