A la sombra…

De que vale aquella luz,
¿cuánto vale esa estrella?
si todo termina en el ataúd
y nada es de la reminiscencia.

En pesadas mentes habita
la efímera y reluciente candela,
que los campos oscuros ilumina
que las livianas mentes acecha.

De miles maneras se traduce
ese brillante tesoro humano,
que emana colores y sabores
a aquello que parece muerto e insano.

Mas viendo al cielo y su reflejo
en tierra todo angustiado,
no queda más que el silencio
del mundo sordo y desamparado.

Que ni en las mentes de los sabios
ni en las palabras de los retóricos
se aprende a olvidar el pasado
ni a conseguir los amores platónicos.

Pues grande es la inquietud del mundo,
la oscuridad que se extiende,
de sueños e ilusiones hacen uso
los que vivir a la sombra prefieren.

Por eso el entendimiento se ha perdido,
la verdad yace extraviada,
por eso el humano no ha entendido:
que sin luz y sin oscuridad la vida se apaga.

 

Sin vida no hay muerte y sin muerte no hay vida,