A las diosas del facebook...

No se si a vosotros os pasaran estas cosas pero a mi el comportamiento femenino en facebook me parece extranisimo, mujeres preciosas que solo buscan halagos, para ellas he escrito esta poesia como sutil critica...

dedicado a las diosas del face...

no creo en el amor
de las diosas en flor
que dan todo pasado por perdido
no creo en el querer
de las damas de ayer
de las diosas de barro
que huelen a podrido
engreidas princesas
de doradas melenas
que solo tiene cuerpo y nunca alma
que dicen pretender
hombres con quien poder
reconfortar el fuego
que no encuentra su calma
como poder amar
a diosas de metal
que no responden ni cuando las hablas
como valorar bien
a reynas que jamas
saben hablar de nada
salvo jilipolladas
en un mundo virtual
donde lo material
se valora quizas en demasia
como poder querer
a cantaros de miel
que no saben decirte
siquiera buenos dias.​

 

Soy mujer.
Tengo facebook.
No soy una diosa, ni una reina y menos una princesa de cuentos encantados.
Más bien, mi vida es un cuento chino de variedades.
No me gusta como a tantas, exhibirme, ni me gustan las lisonjas ni halagos, digamos, con esa extrema "baboseria" que algunos utilizan.
Estoy muy de acuerdo contigo, pero creo que la primera causa de este fenomeno histerico, la tienen en su gran mayoria los hombres que solo quieren ver eso, carne y estupidez...

 

No soporto el Facebook y no comulgo con la mayoría de redes sociales, coincido con su mensaje, aunque algún ligero pulido ortográfico no estaría de más. Echar la culpa de todo esto a las mujeres o a los hombres lo creo bastante fuera de lugar. Bajo mi punto de vista es una cuestión de educación, si uno es engreíd@ esta plataforma es el espejito mágico que much@s
ególatras ansiaban. Un afectuoso saludo.

 

Un poema más que interesante.
Si bien no se puede culpar a las mujeres de este fenómeno, al menos no en un cien por ciento, buen arte y parte tienen, pues es la mujer la que siempre ha tenido el poder sexual, sépanlo o no, quieran o no utilizarlo, y últimamente la tecnología ha estado contribuyendo en aumentar dicho poder. Mujeres comunes y corrientes han descubierto de la noche a la mañana que son más deseadas de lo que imaginaban y que, además, pueden elegir con tan sólo hacer un clic.
Nosotros, como machos (biológicamente hablando), no tenemos más culpa que el deseo instintivo y completamente natural de reproducirnos con una hembra de buenas proporciones o, cuando no, que nos brinde una oportunidad fácil para dejar, simbólica o auténticamente, nuestra semilla.
Al final, como en todas las materias humanas, todo se reduce a comer, dormir y copular.
Interesante cuestión para un análisis más profundo.
Abrazos.