A Mariana

Mirando atento una gran pantalla, inerte vivía,
Sintiendo emociones que de otro modo no tendría.
Como arrastrado por un caudaloso río, tibio y reconfortante,
Mantenía el equilibrio entre lo que soñaba y quería.
Entre esas aguas turbias deseaba encontrar lo que diera sentido a mi vida,
Y lo que la corriente me acercaba tanteaba y soltaba, flotando a la deriva.
Dulce ensueño en el que haber vivido siglos podría,
entrecerrando los ojos y envejeciendo cada día,
Pero viendo extendida una mano que ni el torrente detenía,
Me aferré a ella y salí de aquellas aguas impías.
Y ví secarse aquel río y vi cómo de tí un manantial nacía,
Tu agua fresca me diste, sacié mi sed, lavé mis ojos y heridas.
Y te besé en la boca y sentí una nueva vida.
Por metas cambiaste mis sueños y mi nostalgia por alegría.
Y vi aparecer tres ángeles y nos tomaron de las manos
y junto a ellos llegamos al fin de nuestros días.

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Fernando Sassone

 

Grandiosa obra, divinidad de letras excelentes.

 

No me dejaron darte Reputación.

 

Gracias Jorgito por pasar y comentar... es un placer y un honor verte por aquí.

 

Siempre te leo en prosa y debo decirte que has bordado este poema de amor. Una delicia recorrer una vida junto a alguien que sacia y entrega.

Felicidades por tu Mariana (los ángeles) y por tu poema.

Un abrazo

Palmira

 

Hermoso poema, versos llenos de entrega y emotividad. Es un placer leerte, recibe un cordial saludo.

 

Gracias Palmira, siempre atenta! gracias!

 

gracias también a vos Nilah!

 

Gracias Eban!