A Mercedes

Era viejita, si, oliendo a pescado,De mañanita, si, en el mercado,Con el sol fondeado en la piel,Cubierta de surcos tostados de fe.Mujer, si, marcada a fuegoPor el hijo muerto en el eterno ayer,Olías a lisa asada en fogón,Y llorabas mucho, si, desde el corazón.Tu cuerpo grande margariteña,Tus ojos llenos de madrugadas.Fueron al niño que correteabaFortín glorioso, si, sólo salvabas.Abuela y madre de todo el mundo,Del niño pobre, del niño triste,Del hijo tuyo, del hijo mío.Del niño errante y del niño ido.Mujer de maras, si, al amanecerRecogías despojos en cada peñero.Y eras tan grande como la sedQue no se sacia en océano entero.Madre de hijos que un día se fueronMadre de nietos, si, en derredor,Recuerdo la frase bien pronunciada:“yo si la quiero”Los otros, si, no.Mercedes mujer andantePor las arenas blancas del marEn cada beso de abuela amanteJuntaste a la carachana y al mejillónEn esa mara de tu cabezaLlevas al bagre, llevas cazón,En esa mara de tu cabezaMargariteña, mi corazón.Adiós viejita, si, has muerto,Como te extraño mi vieja adiós,Fuiste la nave viva en el tiempoDonde tu nieto sube su vozHacia los cielos de los recuerdos,Mujer de mares, si, velas al viento,Cruza el espacio, rema el valor,Créeme madre que en el silencioCuando estoy triste, si, te extraño yo.

 

Hola un hermoso relato de la vida de Mercedes, paraeciera algo cotidiano, pero hay detalles que roban mi atención en tus líneas...gracias por compartir. Saludos y estrellas
¡SONRIE