A mi niña

Desde que juega con la luna,
la noche ha dejado de ser una mujer de negro
derramando lágrimas sobre las olas.
Desde que regala sonrisas a las estrellas de trapo
el bosque ya no teme que se marchen los duendes

Mi niña juega con el tiempo, y palmotea el aire,
mi niña juega con el universo y se ríe con el viento.

Luego,
vencidos los párpados, sueña con el mar,
deja que le susurre al oído historias interminables
historias de estrellas caídas del cielo
que le sonríen desde allí dentro.

 

Orgullosa madre, poeta y amiga
describes en versos la ternura de su universo,
celebras tu obra llamandola niña.
Sencilla e inmensa como un beso.

Un verdadero honor leerte.
Y comporto tu alegría y orgullo. Toda mi admiración.

 

gracias por vuestros comentarios