A mi padre

Aguas cristalinas,
aguas puras,
en los montes corren
entre las piedras duras,
entre las piedras blancas
que el sol besa tanto...
Y les tengo envidia
de soledad temblando.

Aguas cristalinas,
aguas puras,
por favor, no olviden
de sus admiradores,
de dos caminantes
a quien encantaba
su música de ángeles,
su música de reposo
en las montañas de Cáucaso
en los días hermosos.

Aguas cristalinas,
aguas puras,
ya se convertieron
en apuros,
ya nos separaron,
y no hay al lado
a quien yo amaba.
¿ Por qué ?
Dios lo sabe.

 

Es verdad. Hay algo en eso. ¡ Mil gracias!

 

Fuera de los inconvenientes técnicos que pueda tener
para poder clasificarlo dentro de una estructura
en Clásica, me parece hermoso tu poema, ese bello
homenaje que le prodigas a tu progenitor.
Grato leer tu poema, saludos cordiales.
Alfredo

 

Estos sencillos versos son muy caros para mí, y le agradezco especialmente. Saludos cordiales

 

Felicitaciones Olga, tomo en consideración el comentario de Alfredo, sin detenerme en lo técnico, me parece muy hermoso.
Saludos
MANUEL

 

Precioso, belleza, sensibilidad y mucho sentimiento en este poema que le dedicas a tu padre. Me ha encantado amiga Olga. Abrazote vuela para ti. Paco.

 

¡ Pido perdón ! He descubierto solo ahora su mensaje, no miro atrás. ¡ Pero qué agradable sorpresa! Sobretodo estos versos son muy especiales
para mí. ¡ Millón de gracias!