A Natural Disaster

“Cada palabra tiene su olor,
Y del mismo modo que hay una armonía
Y una disonancia de los perfumes,
Las hay también de las palabras”
(Nietzche)​

1
Resquebrajadas horas de mi infancia
Aún las recuerdo desde esta galería fúnebre
Repleta por espectros y sombras ensangrentadas
Que gotean de mi conciencia e inconciencia
Claudicada y verdusca.

Redomados impulsos de niñez salvaje,
Todavía ardiendo en mi piel,
Con el perfume del original asesinato;
Socavando en mis estímulos de semanas y vicios.

Golondrina arrojada con sigilo,
Te dejas caer toda empingorotada
Sobre mi acústico y pernicioso lado femenino,
Oriundo de los mimados segundos auto infringidos
Por el crepúsculo marítimo.

Agudas mordeduras familiares
Uniformemente maquinadas en mi debilidad esperpéntica,
Aún, estrujándose de mis escarlatas precedentes auto fóbicos,
Resentidos por el florete de una amistad inexistente,
Irracionalmente deplorable.
2
Resquebrajadas horas de mi infancia aún las recuerdo con este frío,
Que es mejor al dolor de la vida,
De esta vida mía surgiendo del abismo secreto de la noche,
Una noche con un latir…aparentemente mío,
Un latir mustio y sin forma.
Indefensos placeres,
Abigarradamente maquillados por mis cabellos de sangre,
Siempre retorciéndose como jirones de carne y sueño,
Apabullando mi idiosincrasia de mademoiselle encolerizada
Memorable culebra podrida jactándose de sus venenos imperiales,
No te has dado cuenta que mi alma se hace humo,
No percibes las circunstancias de tu pérfido transitar;
No te has dado cuenta de cómo todas mis ilusiones se vuelen
Basura frente a ti.
3
Agrietados momentos de adolescencia patéticamente desgarbada,
Todavía son evocadas con cierto resquemor,
En mi cabeza endurecida por la preciosa esquizofrenia.
Y con presta certeza de brisa perdida,
Me desbocó del día mal malgastado,
Que con luces de plata, inviolables y ficticias,
Se depositan en mis rebeldes oraciones al ídolo de antaño,
Se dejan caer en mi ser como inhóspitas quimeras,
Que consigo traen tronos dorados y dulces palomas.
Relucida inocencia fustigada,
¿Aún lloras por los aromas venideros de aquella primavera
Siniestrada?​

 

Buen poema poeta, me llamó la atención el titulo que pusiste desastre natural, cada individuo es un desastre natural entonces jajaja, es broma.
Un abrazo y me gustó leer tu poema.
Alaric.