A primera hora

Café de boca tranquila
el metal cálido de tu espuma
resuena como la porcelana

despiertas con ojos tostados
rejuveneces con sorbos de nubes
entre arenas de tabaco

en el segundo anterior de un segundo
a primero de hora molida
con el paladar manchado de humo

cerilla que arde
de azúcar y mantequilla
un poso de incendio
es tu pura melancolía

melancolía de sillas y mesas
de bares atrapados en su estadía
convertidos en molinos de tiempo
azuzando termitas
procesando un silencio
llamando a los trenes de cada día

 

la rutina jamás deja escapatoria alguna
para los placeres cotidianos de la vida
abrazos a la distancia
Denn

 

Una cotidianidad que nos tiene: convertidos en molinos de viento/
llamando a los trenes cada día. Buen trabajo, muy lindo. Saludos.

 

Gracias siempre Denn
Abrazos

 

Gracias por comentar Ramipoeta, es un honor su visita
Saludos