A propÓsito de un mal olvido

Eres la razón que nubla la razón,
el sentimiento oculto en el sentimiento
de donde brota, tirano el sufrimiento
y el miedo se apodera del corazón.

Mujer, en el portal de mi propia herida,
sin compasión te alejas dejando abierta
las rejas de mi pobre alma desierta
que en lo eterno del olvido no te olvida.

Y vuelves en la tempestad del recuerdo
trayendo más viva tu presencia misma
en lo incierto de un ayer donde me pierdo.

Entonces en el aturdido horizonte
un espectro simulando tu carisma
se diluye en el vacío de tu ausencia.


(Noviembre 16 de 2010)