A sorbos doy mi sed. Soneto.

A sorbos doy mi sed al Dios que habita
mojando mis resecos manantiales,
al Dios que vive donde mis frontales
se elevan si mi voz lo necesita.

A trozos como el pan que me habilita
a darme a las esencias primordiales,
allí donde las formas celestiales
me sientan a su mesa más bendita.

La Vida se complace en conseguirme
un nuevo amanecer tras el ocaso...
Y al soco de su verso... resarcirme.

A sorbos doy mi sed a cada paso
tratando por la sed de no sentirme
maldito por el miedo y su fracaso.

 

[TABLE="width: 500"]
[TR]
[TD="align: center"]
[/TD]
[/TR]
[TR]
[TD]Estimado Esteban: hermoso este soneto que hoy nos compartes, fruto de una conciencia limpia que sabe cuán difícil es elegir el camino correcto. Que sea el corazón y la fe lo que mueva tus pasos. No importa detrás de qué Dios vayas; lo importante es sentir la necesidad de ser cada día mejor.

Un abrazo,

Elhi


[/TD]
[/TR]
[/TABLE]

 

Que placer poder disfrutar de nuevo de sus sonetos maestro, cuanto admiro esa capacidad para escribitlos, mis splausos todos como siempre y un fraternal abrazo.

 

Muchas gracias, Elhi, por tan hermosas y sentidas palabras. No me mueve el agua. La verdad es que me mueve la sed. La conciencia limpia es meta a alcanzar, no camino ni instrumento; es el ansia de conseguirla, limpia, el motor de mi vida y mi verso. Ganar al miedo hasta no sentirlo. Difícil tarea pero tan bella y estimulante...
Te estoy agradecido enormemente. De verdad.
Que el Dios sin apellidos, el nuestro, no nos aleje nunca de su mano y que nuestro corazón, también sin apellidos, lo sepa ver en todas las cosas que nos alienta y vivifica. Un abrazo limpio y fraterno, amigo!!!
Esteban

 

Muchas gracias, Luviam, de corazón. Un abrazo también para ti, amiga.