A su suerte le dejo, mi alma.

Esta noche firmo la penitencia de mi muerte.
Me preparo para el descanso eterno,
acrisolando la fe de mi espiritu inherente.
Paseo por las letras perdidas,
de aquellas que solo se quedan con un anhelo por la vida.
Mi alma les ruega dejarme vivir plenamente.
Pero solo siento el pesar de las palabras estallar;
Aguijones de sufrimiento se incrustan en mi cuerpo
Nada que lo calme, nada que lo haga calmar.

Ahora deambulo en el limbo con mi mente distraida.
Miles de animas vuelan en el mundo fantasmal.
Yo solo busco el lugar, el lugar de suerte.
Que me deje permanecer en libertad.