A ti...

A ti, majestuoso arco que brillas en el cieloo
cuando la lluvia deja, humedecido el manto
que rodea el espacio, tú enseñas el encanto
de mágicos colores desde el cenit al suelo.

Y cuando el hombre admira tu espléndida presencia,
nos muestras tu figura y ofreces al presente
tu brillante vestido, que por hadas de cuento,
sus varitas tejieron de luz iridiscente.

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A ti, que entre las sombras, cuando el ocaso muere,
cuando en el cielo reina la negra oscuridad,
apareces radiante de hechizo y claridad
e iluminas la noche con luz que nos sugiere

románticas pasiones que los enamorados
establecen gozosos idílicos amores
con la luz fascinante que irradian tus fulgores
de tonos plateados, y de halos delicados


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A ti estrella cercana,con el alba despiertas
y con luz deslumbrante de tus dorados rayos
calientas las montañas, iluminas galayos,
y enseñas los colores de las flores y huertas

y surges deslumbrante con fuego inagotable
cumpliendo una misión muy especial, concreta
dando calor y vida a este nuestro planeta
con precisión exacta, por tiempo interminable.

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A ti conjunto inmenso de titilantes llamas
que en el telón del cosmos aparecéis fulgentes
adornando el espacio cual velas sorprendentes
formando ciertos grupos de complejos programas.

Desde el suelo admiramos el hermoso espectáculo
que ofrecéis al que os mira, bellezas tan bonitas.
y mostráis con orgullo las luces infinitas
que vemos extasiados desde nuestro habitáculo.

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A ti, mujer amada, de formas exquisitas,
de colores hermosos, tienes todo,y agrego,
también la luz plateada y los rayos de fuego
y el encanto y el brillo de luces infinitas.

 

Gran compendio de colores
destilan el firmamento.
La mujer en un momento
los recibe por amores.
Belleza irradian tus versos, te felicito
Saludos

 

Buena inspiración en estos cuartetos G. Martinez. Un placer pasar por tus letras.
Un saludo cordial.

 

Gracias Kique, gracias por tu visita y portu agradable comentario, eres mu amable

Un cordial abrazo

Gonzalo

 

Gracias Ricardo, no sabes cuánto agradezco tu visita., sobre todo en estos momentos de debilidad espiritual.

Un abrazo cordial,

Gonzalo