A ti

A ti te debo mis horas blancas cuando abril amanecía en mi voz

y tú, tañedora de la luz, me entregabas el silencio más fértil,

tu piel de orquídea, el racimo de un seno oculto entre mis manos.


A ti mi tapiz de estrellas en el verdor de un iris,

a ti el púrpura de la aurora a media tarde,

a ti la tempestad de una lágrima que lloraba tu ausencia,

a ti el músculo de la vida que me dio fuerza

para alzarme con las alas de un ángel.


A ti te debo la flor de la ternura con sus pétalos que acarician mis heridas,

a ti el fruto de una simbiosis feliz con tus ojos en los míos

como una veta de luz en los párpados de la noche.

 

A ti mi tapiz de estrellas en el verdor de un iris,

a ti el púrpura de la aurora a media tarde,

a ti la tempestad de una lágrima que lloraba tu ausencia,

a ti el músculo de la vida que me dio fuerza

para alzarme con las alas de un ángel.

Muy bueno el poema con sentimiento. Un abrazo con la pluma del alma

 

Gracias, José, por la visita y el comentario. Un abrazo.

 

Es tan hermoso el poema, crea un clima tan especial, que simplemente paso a decirte que lo leí y que cualquier opinión mía quedaría muy pequeña para definirlo.
Un abrazo con una gran admiración.

 

Sepa disculpar maestro el atrevimiento

 

Bellísimo, amigo Ramón, como para dedicarlo en un susurro. Gracias por dejarnos leer. Va el abrazo fraterno.

 

Gracias, Cecy, siempre generosa con mis humildes escritos. Un abrazo.

 

Nunca dejaré de decirle, mi estimado compañero... que, vuestra creatividad argumentativa; sinceramente no tiene pierde. Excelente poema.
Con todos mis respetos, su amigo: Iván T. C.

 

A ti...
Todos mis aplausos
Saludos poeta

 

No hay nada que disculpar. Un abrazo.

 

Gracias a ti, Pedro, por tus palabras. Un abrazo, amigo.

 

Gracias, Iván, por tu generosidad. Un abrazo.

 

Gracias, amiga. Un abrazo para ti.

 

Ser salvada por el amor...
Gracias por compartir.

 

Gracias por leer y comentar. Un saludo cordial.