A un Poeta y a un Arbol.

Tomo tu obra en mis manos,
Y me pierdo en el ensueño de saberla mía,
- y las mariposas –
Y te siento entre mis dedos,
Y acaricio su lomo
- Efímero-
Después de leído,
Precioso e inerte y aun así grandioso,
Y solamente puedo imaginarte,
Sentirte,
Perdido entre los versos ya leídos,
Y es muy cierto, alguien lo dijo,
Es muy cierto:
“puedes conocer a una persona por sus escritos”,
Ya ni me acuerdo quien lo dijo.

Y te amo,
Poeta maldito,
Como muchos, tantos;
Y te deseo,
Deseo conocer al hombre aquel,
Capaz de hacer sentir cada palabra de un verso
–Escrito en el alma-
Y te amo,
Amo tus versos,
Tus Ángeles,
Tú profunda soledad,
Las olas del mar
Y las noches en que llegaba la inspiración
– A tu ventana-.

Y te imagino
– Obregón, mi delirio-
Allí, -solo entre esos muros-
Y me transporto allí, para ver:
Como mojas la pluma en el tintero,
Como inhalas el humo de un cigarro entre tus labios,
Y observo atentamente,
Como tallas tus versos,
Con palabras de fuego,
Imborrables,
Eternas,
Al viento;
Y haces eso, y más,
Todo al mismo tiempo,
Y exhalas el humo, tan real en mi sueño,
Que llego a sentir como se impregna en mis cabellos,
Y de nuevo me transporto,
- pero no salgo de allí- ,
Me hundo mucho más en tus versos,
Aquellas palabras infinitas,
Deliciosas y malditas…

Y llego,
-hasta allí- ,
Y puedo verlo,
Tocarlo,
Sentirlo y abrazarlo…
-a aquel árbol-
Y estando allí, puedo saber,
Que lo amo más que a ti,
Y veo su majestuosa figura;
Me recuerda la triste lejanía,
(Si por mi fuera te llevaría conmigo)
Dije el ultimo día,
Y todo principia,
Cuando acaricio su torso,
Y el umbral pulido,
Pero ya no por los pasos muertos,
Sino, - por los míos-,
(Y se, ahora mas que nunca;
Puedo saber que estoy viva
-porque te siento-,
Por el mar,
Por el viento,
Por el ángel,
Por la noche y el desierto)

“Árbol,
- VERDUN -
Nombrado y extrañado,
Morada y hogar mío,
Que me abrazas con tus frescos ramos,
Y el rincón de la noche eclipsada, fría y estrellada
–Y los Ángeles-
Perdidos o redimidos,
Navegantes amurallados,
Amados por el viento,
Los caminos,
Los desiertos y el destino,
Perdidos en el tiempo de tu exilio.”

EXTRANJERO:
Naciste entre las sombras,
Acrecentando el secreto,
De tu verso infinito,
Entregado al viento,
Que gracias al azar del tiempo,
Ha llegado a mi cuerpo, insertando en mi alma tu lamento…
-POR TI ESCRIBO-.

Y termino,
Termino sedienta,
- de nuevo-, debo recomenzar,
Leerlo de nuevo,
Quiero sentir de nuevo,
Que se eriza mi piel al contacto con tus versos…
- TENGO SUEÑO.

Y solo me despido con un:
- te amo, Extranjero –



“BASTA EL VIENTO Y POSEER SU ORIGEN,
AQUÍ, SIN NADIE, ENTRE ESTOS MUROS”​

 

Impresionante poema. Realmente bueno.
Muy emotivo

Un afectuoso abrazo

Joan