A un príncipe

No deseo ser príncipe de un cuento,
noble, gallardo y de elevado porte,
para ofrecer preseas o una corte
por escuchar de amor un juramento.

No lo envidio, pues ya mi pensamiento
como constante brújula hacia el norte
apuntó de mi anhelo al fiel soporte,
dulce ladrona de mi exhausto aliento.

Envidio que el espíritu traspuesto
de su amada, trajera de regreso
con la fuerza de amor de un solo gesto.

Si hoy ansío ser émulo, confieso,
de algo que puedes dar, príncipe apuesto,
ante este lecho triste, es de tu beso.​

 

Muy bueno, el cuento, no, digo, el soneto. Excelente final. Un gusto leerlo.

 

Gracias, Luciana. Me alegro de que te haya gustado. Creo que el final es un poco triste. Un saludo.

 

Me ha gustado este soneto, lo siento más próximo al tipo de poesía con que me identifico.
Un cordial saludo. amigo

 

Muchas gracias, Gustavo. Es un privilegio verte por aquí. Un saludo.