A un viejo pozo

Ahora yo recuerdo tu tesura,
la madreselva que sagaz asía
cada piedra y su gris anatomía
y se adentraba al fondo en tu cisura.

Ya recuerdo, ancestral, tu arquitectura,
el agua y el clarín que enronquecía
la voz de tus adentros con valía
desde la nube de una noche obscura.

¿Dónde encontrarán duendes las miradas?
¿Dónde misterios hallará el pecado?
¿Dónde caerá arrojada la moneda?

¿En dónde las estrellas reflejadas
reflejarán su fulgurante nado?
Si, implacable, el tiempo a tu ojo veda.