A veces me encuentro en otros

Me pasa a menudo, que cuando encuentro fotos donde me veo pero no estoy, se me hacen surcos que encuentro casi imposibles de cerrar y que aprendí a saltar.

Es como que el tiempo me dio de a pedazos aquello que tanto buscaba, lo tuve y lo dejé, practicando involuntariamente eso de amar y dejar libre .

Entendí que esta es mi forma de ser, mi desbocado espíritu me lleva a eso, a escribir en los otros y desaparecer, a permanecer casi sin querer en algunos recuerdos vagos, pero esa es la forma en la que elegí recorrer el camino; a veces muy a pesar mío, a veces con toda mi complacencia.

Soy más víctima que victimario, aunque desde afuera se vea distinto. Las esquirlas dañinas me las llevo siempre conmigo. MI PROPIA víctima.

Esquizofrénica deducción, tan real como agresiva.

Me dí solo los golpes necesarios para despertar y descubrí que es ese sueño el que prefiero vivir, en el cual todos son parte de mi y yo no alcanzo a ser parte efectiva de nadie.

He sido sorpresa, tragedia, locura, pasión, amigo, hermano, tío, padre, hijo y he sabido ser yo mismo; aunque parezca absurdo, respetar eso que los pasos te dictan es tan complejo como vivir, es más, eso creo que es vivir.

Regué mi campo de batalla diario con muertos ilógicos, almas inocentes y consecuentes condenados a muerte para satisfacer necesidades oscuras y obscenas o no tanto, pero fatales en las manos del resto.

Me pasa a menudo que desemboco en un delta de opciones teóricas y razonables para terminar navegando en el riacho casi seco e impertinente de la improvisación, y así y todo mis naufragios siempre tuvieron un salvador.

A veces me encuentro en otros, en todos aquellos por los cuales supe pasar y con alegría veo trozos pequeños de espejos reflejándome eterno pero ausente, me veo solitario y añejado, pero ahí me veo.

Debe ser esa extraña fobia que me provoca el olvido, debe ser mi obtusa negación a lo que el mundo cree correcto, o simplemente es que nunca comprendí -entre tanta autocomprensión- que no puedo vivir sometiendo a los demás a esa irreverente carta que juego a diario para desbancar mis propios tesoros, para desafiar los vínculos, para tirar del cordel hasta el último momento posible sin cortarlo.

A veces me encuentro en otros y me duele no estar, bajo la cabeza, lloro en silencio, me trago el dolor, y lo digiero en paz para quedarme con la feliz sensación de que entendí como conformar para aguantar. (Aunque esos otros no me vean).

A veces me encuentro y veo que el egoísmo es nuestra maldita esencia y de ahí si que no podemos zafar,

ni yo por haberlos dejado,





ni ellos por necesitarme.

 

Amo ese final! Y me identifico con lo que dices..... necesitaba leer un poco de tu esquizofrenica cordura jijiji...

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Increible verte por aca Jax, que lindo saber de vos, gracias por pasar!