Acabó.

Efímero, como aquel mañana del que hablaba Machado.

Triste, como un beso en la estación.

Valiente, como una declaración de amor.

Torpe, como los primeros pasos de un bebé,

Cálido, como aquel atardecer de playa.

Así era nuestro amor, tan fuerte que a veces parecía doler,

tan intenso que una mirada hablaba por mil bocas,

pero, acabó, y lo hizo de aquella forma,

con ese final, que, siendo sinceros,

ni lo quisiste tú,

ni tampoco yo.

 

Un poema precioso!

 

Muchas gracias por leerlo y el mensaje.

 

A veces un amor hermoso acaba sin saber nunca la razón

 

¡Magnífico!

 

Maravilla de arte divino y sobresaliente, hermosura de publicación.

 

cuanta razón.

 

Muchas gracias por sus palabras, y por leerlo.

 

Gracias por leerlo y comentarlo.

 

Agradezco que lo haya leído y que me diga eso.