Acción, recesión.

Cuando nace un nuevo día
muere el anterior,
la luna se suicida
por su amante don esplendor.

En estos tiempos de locura
levantarse de la cama
tiene un regusto de amargura
que se cuela por la sabana.

Parece que está en el ambiente
esperando, quieta, el momento
para hacer temblar tu suerte
y que así tambalee un poco más tu Ego.

Esa niebla, tan fétida como negra
se alejará de tu conciencia
solo cuando el letargo muera
y sede a la vigilia.

No es un gas tangible o venenoso,
es, digamos un suponer,
un habitante del recuerdo
con aires de cáncer.

Algo falla, perdone usted,
en estos tiempos de bajas
que incrementa la solitaria sed
y se olvidan desquites sin rebajas.

Pobres las familias pobres
que sin el abrigo de la protección
luchan a muerte por sus seres
aunque desemboquen en la perdición.

Demasiado alto está el escalón,
son cinco millones, y apoteosis!
Llego a la conclusión,
vaya mierda de crisis!

La llamada recesión
no es económica
sino de acción,
falta mente rica

que levante la revolución
que quite el velo de los ojos
para poder emprender la crucifixión
del capital y todos sus piojos.

Se estrecha el cerco de lo soportable,
aquel señor que nos pide consumo
pasea, pobrecito, con su descapotable
mientras tantos comen pan sin lomo.

Es la tónica de siempre,
no hay cadena sin eslabón,
habrá que llamarlos al timbre,
que laven su conciencia con jabón.

Mientras los parados aguantan su pánico
los insectos se aprovechan de la necesidad,
publicidad y nada más, le digo al ICO
por sus hijos venderán su dignidad...