Acera de un medio día cualquiera

Marchan sin marcha marcial
en un desfile de tumulto y desorden sincronizado,
buscando su destino por GPS,
cada uno encerrado en su torre portátil,
solos en la muchedumbre.

Un desespero indomable los amarra,
los amordaza,
y su moneda es el grito y el paso acelerado,
como la sangre que recorre sus venas,
hirviente caldo de vida no vivida.

Las manadas de hierro
arrasan como tsunami,
aúllan los coyotes de uniforme.

La poca paz que queda dentro de sus ojos,
depende de un toma corriente abandonado,
de donde conectar la ventanita de su mundo.

Cuanta falta hace un niño y su correlina inocente,
en esta acera de medio día y ciudad domesticadora.

 

Eres el poeta de la guerra.

 

La guerra es la vida!!!

 

Cuál es tu guerra?

 

Excelente pintura de esta realidad de clonados sociales que han perdido los orígenes, las naturales acciones de vivir.
Bienvenido, poeta. Nuevas palabras, nuevas expectativas para salir de una léxico adormecido y de una estructura clonada en un mundo sin ambiciones.
Gracias por su poesía.

 

La obra es magnífica y divina la inspiración.

 

Joel Linares Moreno bella y certera descripción de este mundo absurdo en el que vivimos en las ciudades y de como vivimos amarrados a la tecnología, que cada día nos hace mas esclavos, y que cada día es mas de nosotros mismos.

 

Encontrarnos con nosotros en medio de la manada de la ciudad, nos ayuda a liberarnos!!!

 

Mi guerra es contra la tristeza y la muerte!