Acertijos, acertijos, ¡oh!

Acertijos, sí, acertijos.
Oh, la cabeza duele
por el brillo de tu sol.
Calla, pues tus palabras
para mí son nada.
Arco iris de camellos.
Poetizas en calles parisinas
regalan sus versos al viento.
Y flotamos,
volamos sobre puentes colgantes,
de tu mente a la mía.
“Ring”; suena el teléfono
y contestas.
Las voces ahí
dicen que no existes,
y eso yo ya lo sé;
siempre lo hice.
Intuiciones erróneas
me amarran.
Aaaah, grita en el oído de Dios
y ni así responderá tus plegarias.
Infla un globo,
llénalo de esperanza
y cuando no te des cuenta,
¡Kaboom!
Reventó y te quedas
con nada a qué agarrarte.
Sí, tengo ojos en las manos,
orejas en los pies,
narices en el pecho
y lenguas en el cuello.
¿Crees que estoy deforme?
¿Crees que son un mutante,
un error biológico?
¡Idiota!
No entendiste.
Eres tonto
como sólo tú
puedes serlo.
Nubes que cantan
siempre faltan;
flores que oler
no volverás a tener.
Come, come todo lo que puedas,
pues te voy a secuestrar
y comeré frente a ti,
haciendo que sufras.
Bésame.
O no lo hagas.
Tócame,
o mejor vete de aquí.
No, olvídalo,
bésame.
Bésame antes de que te arranque los labios,
y la piel del rostro
y de todo tu cuerpo.
Ojalá tuviera el valor de hacerlo.
Intoxicados estamos.
Hay una mosca muerta en el suelo,
y sin embargo
se ve más viva que yo.
Estúpida.
Te amo.
No es cierto.
Te odio.
Eso tampoco es cierto.
Te deseo.
Sí, volví a mentir.
Sonríes,
pero estás triste;
lloras,
pero estás feliz.
¿Qué te pasa?
Nunca entendí eso de ti.
La mosca revivió.
Regreso del más allá
para atormentarme.
¿Por qué hizo eso?
¿Qué dirá mi mujer?
Nada, porque ella es un gato
y los gatos no hablan;
al menos no con los vampiros.
¡No!
¡No lo hagas!
¿Eres idiota o qué?
¿Por qué te quitaste el alambre de púas?
Enróllalo alrededor de tu pecho
y disfruta la dicha del dolor.
Sí,
también juega con el pájaro
hecho de navajas.
Cierra el hocico.
Ya te dije que no me corté.
Ya te dije que yo no soy.
Esas heridas
se hicieron solas.
Un día desperté
y ahí estaban,
en mi pierna,
manchando mi calceta.
Hay lunas que giran
alrededor de mi cabeza,
y esas lunas me dicen
secretos y blasfemias.
Malditas abejas inútiles.
Clavan en mi piel su aguijón,
pero no puedo sentir
el dolor de su muerte.
Las águilas gigantes de piedra
protegen los rosales de tu cementerio
vacío y olvidado.
Nací en un bote de basura,
me crié entre cadáveres
y finalmente morí,
rodeado de gente sucia.
Mientras los acertijos me vuelven loco,
ella se limita a mirar.
No ayuda.
Sólo se queda ahí,
parada,
con su cara de tonta.​

 

Fernando:

A mi ver un gran poema, intenso y algo confuso, tendiente a un subrealismo, me parece que no merecía estar sin comentarios, pero ya sabes, a veces sucede por causalidad o casualidad, pero ya ésta. un saludo cordial y mis mejores deseos para 2008.

 

Muchas gracias por leerme y por los buenos deseos. Que bueno que viste lo surreal jaja.

 

AAAAaaaaaaaaaaaaaaaaa, está bien, lo siento, no sabia que sólo podiamos publicar un poema en este foro. Una diskulpa.