Adentro, escapando solos

Adentro, escapando solos, los colores de repente se aparecen, radiantes, decididos, entonces un suceso,
la palabra se abre paso entre el escote del aburrimiento y la impune ceguera.
Naturaleza en forma transitiva, ingresa en nuestra realidad
para nombrarla con silabas caídas, karaoke, álbum, enredadera que no tiene principio.
El espacio que traspasa entre caballos y golondrinas, suciedad desinfectada, alpiste, maquinas eléctricas y contratos de hipoteca, se retuerce cansado de tantas dimensiones.
En el interior nada, la censura, solo promesa y rostro como un cuchillo vivo
que se acerca a los ojos, largo e infame
¿Pero porque infame?
Lentamente la nube del gusano con su visión borrosa, se derrama sin líquido, entregándose al amarillo y al morado de la seda.
Deben exorcizarme,
poco a poco debo encontrarlo todo, distinguirlo aunque sea.
Solo nosotros estamos desteñidos,
improvisadores de reflejos que logran distraer al arcoíris.
Semanas concedidas al vacío.
Hilo de partículas mucho más entendible si se habla de energía.
La luz desde hoy estatua diametral, deslumbra el interior,
sin cauce y sin suerte,
sin salida.