Adiós del día

Todos los hombres he sido siendo uno solo,
en ardua lucha por detener el día muriente
y como un deudo del sol de la mañana amarilla,
con la vista dirigida hacia el vacío he quedado

El clima de granizada es a mi gusto ácido
mientras muerdo de pánico la manta azul gris.
El viento con su latigo congelante me ha herido
las siete llaves de la mañana estan perdidas

Incauta niña, por la curiosidad y el desafío movida,
del tesoro que bajo llaves escondía la bestia.
Espero volverte a ver un día de lejano estío,
una mañana, agavillando las áureas espigas.

Errando entre oscuros nubarrones estaré,
atenazando los impulsos de buscarte de nuevo.
Pues no puedo ceder en batallas prescindibles,
ni henchirme de legiones fantasma a todo tiempo.

Ojalá me sea favorable la empresa de olvidarte,
sabiendo que es lo que debo hacer ahora.