Adquirida, perdida y reconquistada

¿Quién le puso precio a su buen nombre?

La encontré devaluada en góndola de ofertas

en un solo pago y sin plan de cuotas,

algo maltratada y llena de moscas.

Casi invisible a los ojos ajenos

la sacudí un poco, alguien la pisó sin asco,

con polvo se dibujó la suela de un zapato.

Rematada a la primera oferta

su frágil silueta limosneaba misericordia,

tirada y sin un mango por unas monedas.

me la entregaron con sabor a lástima y derrota

Por ver en mi mirada, su triste propietaria,

volvía a mí de nuevo casi regalada

la alcé en brazos, la abracé muy fuerte,

me recordó ser lo último en perderse.

 

A veces, somos vilipendiados. Porque no merecemos disfrutar de la vida.
Sino solamente, sobrevivir.
Así que aprendemos a dar los siguientes pasos: Sobrevivir, vivir y vivir bien.
Y eso es ciencia, amiga.





Mereces disfrutar de la vida, pero la vida te exige un aprendizaje constante, una complejidad, una estrategia, una evolución y un apogeo.

 

Gracias por pasarte y por tu valoración. La escribí en primera persona, tal vez alguna vez de más chica por amor me sentí así pero no en este momento. Me pareció buena idea como para expresar el verdadero valor que tenemos cada uno y que a veces no nos damos cuenta en un principio pero lo vamos descubriendo y aprendemos a valorarnos, sin dejar que nos pasen por encima con la fiel creencia del respeto mutuo para vivir mejor y sanamente . Abrazo enorme

 

Hasta que llegué al final pensé que se trataba de una mascota abandonada, y así es como parece que se describe el estado de desolación. Muy intenso,

Saludos,

Palmira