Advenimiento de lo terrible

Tres sobre tres.


El noveno verso devela

el Ángulo negro

donde hierve

el rostro de lo profundo.


Atruenan los vientos

en su primigenia vorágine.


¡Sudoms d’rotcurserd t’ nev!


El mundo renacerá

sobre nuevas voluntades

acrisoladas en fuego y hielo.


Mil ojos detenta el tiempo,

mil bocas detenta el abismo.

Un solo camino

para el tránsito áureo.


Entre las esferas,

en los huecos gélidos,

sinfonías de huesos y flautas

contornan la danza

de lo antiguamente maldito.


¡Sudoms d’rotcurserd t’ nev!


Aleteos cósmicos

disgregan

almas harapientas.


¡Feroz Ojo Eterno,

ciega a los estólidos!


¡Ardiente abrazo de Ra,

haz arder la carne caduca!


¡Que la carroña sea pasto

para los buitres de Hoor-paar-kraat!


El esplendor de Nuit

calcinará ojos y sinos.


El tres es nueve.


El sol oculta su rostro

entre los pechos de la Eterna.


Y el último canto,

de la última boca,

anunciará el advenimiento

de la Negrura que devora toda luz.


Nerat ras hocen l’

Detanavol ras masib l’

Dodaltot ras turemu l’

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