Advenimiento.

Advenimiento.

En algún lugar, donde todo es mentira, sabrán los inocentes ocultar sus miedos.
Ya no hay solución para lo que nos envuelve, ni la endeble tierra
soporta las desdichas.
Tanta lluvia, barro, nieves, desplazan los horizontes y el ciego tiene la suerte
de no ver tantos dolores. Sus otros sentidos advierten el caos...
¡Más allá de los mares, más allá del estupor, más allá de los sin nombres se agitan
banderas sin dueños!
Pobres de aquellos que duermen sin advertir el sufrimiento; gozando están
de placeres.
¡Quien pueda sentir envidia del despilfarro sin sentido, habrá de
atragantarse de gula!
El mundo se debate entre tinieblas de asombro.
Lloran las criaturas que pueblan el Universo.
Las estrellas se descuelgan hambrientas, como cóndores buscando la presa.
El sol inmenso, de diferentes figuras, maltrata la siembra en el alma de aquél que
tiene esperanzas. Múltiples trampas se ciernen sobre los desdichados.
Se ciegan vidas sin pena y se creen dioses, no se persignen los crápulas ante el Cristo sangrando; ha de juzgarlos la fuerza de la naturaleza.
Será el castigo inmenso, tan inmenso, como los mares.
¡Llegará a tu feliz morada, necio!
Porque en algún momento, algo de tu vida se perderá por siempre.
Te preguntarás: -¿Por qué a mí?-
-¡OH! ¡Desgraciado!- -¿Es que te crees inmortal?-
Quizá los que más amas sufran por tu bestialidad. Se siembra y se cosecha la misma aberración.
Volcán, te pregunto: -¿Por qué escupes odio sobre inocentes?-
Su boca entre nieblas abre: -¡Es que no puedo dominar la fuerza!-
-¡Nacen de mis entrañas gritos de temor!-
Quejidos de la hermosa Mujer que pariendo está con dolor, se desangra,
retener ya más no puede el Advenimiento de un mundo nuevo, sin locura y con amor.

Ella me ha dicho: -¡Sobrevivirán los puros de corazón!-





Matilde Maisonnave