aérea

los días se deslizan monótonos y aburridos
en la mañana bajo a la playa y camino a lo largo de
la orilla del mar hasta el pueblo
desayuno pescado asado y un par de cervezas en
una de las ramadas junto al río
la hija de la dueña de la ramada tiene 17 años y debe
pesar 150 kilos
de esos 150 por lo menos 120 son de culo
me sonríe cuando me lleva las tostadas y los
limones a la mesa
una sonrisa de niña inocente
sus bien trazados labios se curvan sin malicia y
entonces entreveo sus pequeños dientes blancos que
fulguran
y me imagino un pájaro escondido allí dentro
que abre sus alas blancas al sentir la brisa del
mar
y escapa volando hacia el cielo
más ligero que el aire
tan quebradizo como la luz





a lucía, que no lo dejó ser

 

Escrita desde la fragilidad del niño poeta; el que se esconde tras la rudeza de una vieja monotonía.

 

Aveces en las figuras menos estilizadas se esconde fulgurante belleza como en tus versos.
Un placer leerte.
Castro.

 

A la conclusión del poema sale esa sensibilidad que mezclada con tu original estilo hacen de tus poemas estampas crudas de realidad y poesía. Me gustó volverte a leer. Mis aplausos poeta.

 

Magnificas letras idealizadas en figuras suculentas con buenas imagenes, ternura y fantasia. Un placer pasar. Saludos

 

del eros sacaste el ingenio! aún lo monótono y metódico resulta placentero! Enhorabuena, poeta!

 

Ha logrado usted, sr. Villa, que -pese a mi condición hétero - ame un poco a la niña inocente. Y es que su gesto amoroso hace tenue al sobrepeso y su decir poético... hace de su culo un mullido refugio. Sólo un poeta puede decir culo -a propósito - resaltando la belleza de ese "palabro".

Vea, yo le mando estrellas para que sus luces tienten a todos los pájaros escondidos "allí dentro" para que salgan y lo revoloteen y entonces, así, usted sigue haciéndonos volar y volar y volar.


Voy a agrandar la letra. Esta composición merece mayor expansión. Usted puede reeditar según su criterio.
Un gran abrazo argentino.

 

Bajo ese culo voy a levantar una tienda para ver pasar el polvo y la espuma.
Gracias Villa.

 

Siempre gratifica la sonrisa de una niña inocente.

Hector Alberto Villarruel.

 

villa hermoso poema de amor,
me hiciste soñar con aquella ramada
me imaginé la de mi compadre tanga
viejo marinero retirado
(algun día le dedicare unos versos)
sus historias de grecia
despiertan la líbido de las inocentes gringas
que irremediablemente
acaban con sus dientecitos blancos
acariciando como las olas
al glande de mi compadre

enhorabuena!!

si me acorde el otro
dia de nuestras dedicatorias
a los sagrados personajes de la biblia
y dio un arrebato de misticismo

elPrior

 

Muy hermoso poema, Villa, Felicidades.

 

Hermoso, encantador, preciosa poesía muy bonita.
Desde Mar del Plata, abrazo fuerte al corazón.