Aflora la cicuta...

AFLORA LA CICUTA...


Allá donde el olvido,
allí donde su cuna
entre vagos destellos
de sones y amarguras,
donde el recuerdo muere
y descansan las cosas, más que nunca,
sin miedo, suavemente,
sus luces errabundas...
Allí tal vez seamos
lunas de alpaca y tumba,
sin soles ni lucernas que caldean
las mínimas penumbras
de donde son los sueños
que leves de blancura
un día nos vistieron
de solemnes criaturas...

Definitivamente,
nos cubrirá la bruma,
aquella que no cuenta
cómo y dónde se turban
los ojos que tuvimos,
la carne y su ternura,
los pliegues de memoria que fue nuestra...

Aflora la cicuta
sin ser aun primavera
su fatal conjetura...


eduardocarpio
7 de mayo de 2014​

 

Estimado Eduardo, cuánto me alegra poder leerte de nuevo; tu sonoro silencio me tenía algo alarmado, amigo.

Tu regreso con esta hermosa silva (que es eso lo que creo que es este poema) es digno de apaluso. Me ha gustado mucho. Te dejo reputación si se me permite y estrellas de bienvenida.

Un abrazo.

 

Tus poemas siempre resaltan por las metáforas e imágenes tan bellas que utilizas.

Gracias por compartirlo. Saludos Eduardo

 

Conforme avanza el día
se nos presenta el ocaso,
a veces va con tretraso
otras con gran tiranía,
las más veces sin permiso
el momento impreciso.
Saludos

 

Esplendida composición Eduardo, muy rítmica y agradable de leer, es un placer deleitarme con tus obras.
Un abrazo.

 

Juan,Kike, Mariluz,Ricardo
Estimados amigos
De nuevo por aquí bajo respuesta colectiva que me pesa y me disgusta, pero en estos momentos me resulta inevitable debido a ciertos problemas que espero tengan buena solución lo antes posible. Hacéis bueno lo que escribo y aunque estaré yendo y viniendo, procuraré acercarme a las publicaciones del portal -copiosas- abandonadas a mi pesar. Gracias. Saludos cordiales.eduardocarpio

 

Un poema derrotista. La tristeza, la alegría, son impases de vida -breves- que se alternan. Me agrada tu melancólico poema, leído en esta preciosa noche de lluvia.

 

Es una reflexión existencial muy acertada y profunda, Don Eduardo. Realmente ningún ser humano puede luchar contra la fuerza de su destino, todos iremos sucumbiendo en el olvido. Por eso siempre pienso que lo más valioso que tenemos los seres humanos es la eternidad del instante. El recuerdo duele por lo vivido, y el futuro por lo que debe ser, mejor dejar que cada momento sea como es con emociones vivas.

***

​

 

Seguro de deleite es encontrar tu pluma. Gran trabajo para degustar.

Estrellas y un abrazo


Palmira