Agona en tercera persona

Antes de que el sol se ahogue en el horizonte
luego que las aves canten en el Réquiem
y mi alma deje una flor en el sepulcro
del que miro a través de las fases de la luna.

Miremos una y otra vez el obsesivo vaivén
del día a día, del hora a hora, del beso
que alguna vez dimos y perdimos
entre los granos de arena de un reloj.

La cuerda nos llama, sube el volumen
de su canto fúnebre diciendo los nombres
de los que se condenan al nacer
y desafían a la muerte por respirar incansablemente

¿Puedes ver todo lo que pasa en un segundo?
¿Oler a mil y un color sin siquiera oir un ruido?
¿Puedes correr sin dejar de respirar, para ver
que cada segundo de tu existencia es válido?

¿Podemos luchar contra lo eterno?
Alcanzar el fuego sin quemarnos, soplar
hacer chocar las estrellas, aspirar su polvo
y destruir las espermatas del universo?

La lluvia quema, las hojas cortan
las piedras vuelan y entonan la canción
esa que día a día nos intimida
esa que día a día... llamamos vida.

Somos un poco de mucho, un mucho indefinido...

 

sentidas pero hermosas líneas amigo

hadita
te invito a leermis poemas

​