Agradecimiento en el Umbral

Agradecimiento en el Umbral

En el crepúsculo de mi vida, mientras se apagan las luces,
mi corazón, marcado por el dolor del mundo, aún se inclina,
no hacia el lamento, sino hacia un profundo agradecimiento,
por la verdad de haber vivido, aun en la tormenta y la pena.

El sufrimiento, omnipresente y cruel, ha sido mi fiel maestro,
y aunque ha dejado cicatrices en mi piel y en mi alma,
también me ha enseñado a valorar cada momento de calma,
y a ver la luz en medio de la tormenta, tan certera como un faro.

He visto la tristeza en los rostros y en los gritos del viento,
he sentido la desesperanza y he cargado con el dolor ajeno,
pero en cada sombra, una chispa de esperanza y amor se ha encendido,
y en el abrazo de lo humano, he encontrado mi propósito verdadero.

Agradezco cada lágrima y cada risa que ha adornado mi senda,
cada batalla y cada triunfo han tejido el tapiz de mi existencia,
en el dolor, he hallado fuerza, y en la alegría, mi luz brillante,
y en cada respiración, he aprendido el arte de la gratitud constante.

Al final, en el umbral de la vida, con el alma tranquila y abierta,
mi despedida es un susurro de gratitud al universo entero,
por la belleza y la lucha, por el dolor y el deleite,
mi vida ha sido un viaje profundo, y en mi último aliento, doy gracias.

Que el eco de mis días, aunque marcados por la pena,
se convierta en un canto de esperanza y de paz,
y que en mi partida, pueda dejar un rastro de amor,
un recordatorio de que, aun en la oscuridad, la luz siempre ha de brillar.

20/08/2024
©Dikia