Agradecimiento.

Trataron de hacerme caer y estuve apunto de desistir, llore por dentro y por dos noches del sueño no fui dueño. Mi cabeza no podía controlar aquellas martilladas que la duda daba tan certera y sin medir quien yo era. Me aprisionaron el dolor y la angustia para que muera sin haberte Amado.
Tragado en las oscuras celdas de mi alma pensaba en como poder escapar de aquellas dudas que se llegaron a sembrar y cuyos frutos amargos me toco recolectar. No había escape lógico para que mi corazón lograra escapar de tan fuerte prisión y si había una salida el precio era morir para conseguirla.
Primero pensé si ya no tengo nada, por qué debo vivir. Pero una calida voz que entro en mi corazón me dio el consuelo de saber que la pena no se ejecutaría aquel día y sólo una cosa a cambio me pedio para poderme liberar. Todo lo que es razón olvídalo, me dijo; únicamente con sinceridad pídeme libertad y en ese mismo instante la luz de la vida a ti volverá, para que luches una vez más.
Como me sacaras apresure a preguntar si para salir debo morir. Me dijo pues morirás me contesto, morirás al mundo y al pecado y yo te daré vida que nunca nadie mas a ostentado, te devolveré la sonrisa y con un sólo toque a su corazón le demostrare cuanto vales para ella vos.
Así lo hizo me libero, morí para estar vivo y resucite para estar contigo. Pues por una cosa más le roge y era que si en tu corazón estaba yo, así como tú estas en el mío Amor. Nos lo hiciera saber para que no caigamos otra vez en esas trampas que el otro suele tender para que se destruya el más grande regalo que nos dio Dios, el Amor.